Sermón de San Juan María Vianney (Cura de Ars) nos indica que los padecimientos, las persecuciones y otras miserias son los medios más eficaces para acercar el alma a Dios, como también son un medio de expiar nuestros pecados pasados, ya que en este mundo o en el otro, hay que pasar pena por ellos. Señala que en este mundo esas penas son infinitamente menores a las que se aplicarán en la otra vida. Recuerda igualmente el Santo Cura de Ars, que desde el comienzo del mundo, los sufrimientos, los desprecios y las burlas son la herencia de los hijos de Dios.
"Compara tus males con los de Jesucristo, y tendrás vergüenza de quejarte? Su Divina Majestad no se queja; porque sabe que sufre por tí; tú te atreves a quejar, sabiendo que padeces con él, y por él? El padece, siendo la inocencia infinita, y no obstante no se queja; tú padeces, has pecado, y te quejas. Sus dolores en su pasión fueron casi infinitos, y sin consuelo, y no se quejó; tus penas son cortas, y limitadas, y Dios tiene cuidado de consolarte; y no obstante, te estás siempre quejando" (Padre Francisco Nepueu; Pensamientos o Reflexiones Cristianas, para todos los días del año. Tomo I, Enero, XXV Día, "De la paciencia en las adversidades")
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