Monseñor Isidro Puente Ochoa nos invita a amar a Dios verdaderamente, con todas nuestras fuerzas. Al referirse sobre el otro mandamiento que nos dio Nuestro Señor Jesucristo "amar al prójimo como a ti mismo", nos dice que no es fácil amar a los enemigos, a los que nos odian, a los que nos hacen daño, pero hay que hacerlo.
"Se te manda que ames a Dios de todo corazón, para que le consagres todos tus pensamientos; con toda tu alma, para que le consagres tu vida; con toda tu inteligencia, para que consagres todo tu entendimiento a Aquel de quien has recibido todas estas cosas. No deja parte alguna de nuestra existencia que deba estar ociosa, y que dé lugar a que quiera gozar de otra cosa. Por lo tanto, cualquier otra cosa que queramos amar, conságrese también hacia el punto donde debe fijarse toda la fuerza de nuestro amor. Un hombre es muy bueno, cuando con todas sus fuerzas se inclina hacia el bien inmutable". (San Agustín; Catena Aurea, Mt 22,34-40)
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