Monseñor Isidro Puente Ochoa al recordar a San Pablo que dice: "No se engañen, nadie se burla de Dios: al final cada uno cosechará lo que ha sembrado. El que siembra en la carne, y en la propia, cosechará de la carne corrupción y muerte" (Ga 6,7), señala que por las malas modas, música, pecados de lascivia y otras acciones contra la pureza tendremos que dar cuenta a Dios. Hace un llamado a la conversión, a dejar el pecado, y confesarse.
"(...) lo ordinario es que se haya de aguardar al tiempo señalado de Dios para la cosecha, o retribución, que no es esta vida presente, en la cual sembramos, sino la otra venidera. Si acaso hubiese hecho mal, no digas lo hecho mal, y no he experimentado mal alguno. Porque si pecaste, ya has sembrado, esto te debe bastar, a su tiempo cogerás cumplidisimamente el mal que has hecho. Y si acaso hubieres obrado bien, no digas: tanto tiempo ha que vivo bien sirviendo a Dios, y aún no he empezado a coger el fruto. Ten paciencia, que le cogerás mayor de lo que piensas”. ("Maná del Alma o Exercicio fácil y provechoso para quien desea darse de algún modo a la Oración" Parte 3, Agosto, Día XXI, año 1702, Padre Paolo Segneri)
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