Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios - La Fe Cristiana

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios



"1. Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas el camino de Dios con verdad, sin mirar en respetos humanos. Considera, que los discípulos de los fariseos y los herodianos alababan a Cristo de maestro veraz y hombre santo, no por creerlo ellos así, ni por el fin bueno de alabar la virtud; mas le adulaban, para salir con su mal intento de calumniarle. Aquí puedes aprender, cuan malo sea este vicio de la adulación, que tantos daños causa. Los reyes, los gobernadores y los prelados deben sospechar de las alabanzas y aprobaciones que oyen de su proceder, que sean adulaciones, con que engañados no se arreglen a lo que deben. Busquen consejeros y confidentes enteros y desengañados, que les digan la verdad, y óiganla con humildad. Tú debes guardarte de ser adulador, no solo cuando tratas con personas altas; más aun con gente ordinaria en que fácilmente se peca; y en vez de darles una caritativa corrección, de que necesitan, por no tener valor, o no malquistarte, vienes a aprobar con la boca, lo que reprendes con el corazón. ¡O buen Dios, dadme un celo verdadero para oponerme a su tiempo y con debido modo, a lo que a Vos os disgusta en mis prójimos!

2. Jesús, conocida su malicia dijo: ¿Por qué me tentáis hipócritas? Considera, que en esta queja te manifiesta el Salvador, lo que le ofende el tentar a los otros, que es pecado de escándalo; para que vivas lejos de él, por ser pecado de diablos; y esto no solo en cosa grave, que sería peor; más aun en pecados leves, en que más fácilmente se puede caer. Provocar a impaciencia, entablar una murmuracioncilla, sembrar discordias, refiriendo a este, que el otro habló mal de él, ocasionar faltas de regla entre los que viven en religión o congregación, ponerlos en desconfianza con sus superiores; qué es todo esto sino tentar y dar escándalo, bien que en cosas pequeñas? O y si bien te examinas, ¡cuántas veces hallarás haber incurrido en este vicio! Y de donde nace, sino de tu poca caridad, poco celo de la gloria de Dios, y poca mortificación, en especial de la lengua. Vive, pues, en adelante con mas circunspección para no cargarte de las faltas ajenas.

3. Dijóles Jesús: dad al César lo que es del César; y a Dios lo que es de Dios. Considera, que con estas pocas palabras enseñó Cristo a todos la mayor máxima, que es el orden de la caridad, o la caridad bien ordenada. Dios es el primero a quien debes atender, por ser quien es, y a quien debes todo lo que tienes; y por esto no cumplirás en dar a Dios lo que es de Dios, si no tienes la mira siempre, a nunca por respeto tuyo, o de criatura alguna, dar a Dios disgusto, ni con pecado mortal, ni con venial. A los príncipes, a tus mayores, a tus iguales e inferiores, debes corresponder conforme a la ley eterna y voluntad divina, que manda todo esto en tiempo y modo. ¡O si a este orden se arreglasen todos; y cómo todo este mundo se volvería un paraíso! Mas sea de los otros lo que fuere, procura tú vivir en este orden de caridad, mortificando en tí, todo lo que el mundo, demonio y carne opusiere; y pasarás la vida en paz, y llegarás seguro a tu último fin."

Fuente: Manual de Piadosas Meditaciones", elaborado por la casa de la Congregación de la Misión San Vicente de Paul en Barcelona. 1833 / Imagen: "Christ and the Tribute Money" by Gustave Doré [Negrillas son nuestras.]

Compartir: