San Juan María Vianney (también conocido como el Cura de Ars), trata el tema de la verdadera virtud y de la falsa virtud, esta última, la hipocresía. Para que una obra sea agradable a Dios, señala que se deben reunir tres condiciones: la primera, que sea interior y perfecta; la segunda, debe ser humilde y sin atender a la propia estimación; y la tercera, debe ser constante y perseverante. Señala que los cristianos no debemos caer en la hipocresía, practicando la religión, realizando oraciones, acercándose a los sacramentos, pero continuando con los mismos vicios y pecados. Dice el Cura de Ars: "anda, pobre hipócrita, anda, fantasma de cristiano, día vendrá en que veras que sólo has trabajado para tu perdición. El cristiano que desea de veras salvarse, no se contenta con guardar un sólo mandamiento o con cumplir un determinado número de obligaciones, sino que observa fielmente todos los mandamientos de la ley de Dios, y cumple además con todas las obligaciones de su estado".
"No hay máscara, que nos pueda disfrazar a Dios; no hay doblez bastantemente secreta en la conciencia, adonde la vista de Dios no penetre; ¿y de qué me servirá engañar a todo el mundo, ó engañarme a mi mismo, sino puedo engañar a Dios. (Francisco Nepueu; "Pensamientos ó Reflexiones christianas para todos los dias del año", Tomo III, Julio, X Día, "De la Hipocresía")