"Nada hay más común en el hombre, que quererse vengar, cuando le han ofendido, y nada hay más difícil que perdonar una injuria, o amar a un enemigo; pero nada hay más necesario para la salvación. Solo un Dios podía dar este precepto, y solo un verdadero cristiano obedecerle. (...) Yo que te obligo a perdonar por un precepto, animándote al mismo tiempo con mi ejemplo, y ayudándote con mi gracia: Yo que ye prometo una dicha eterna, si perdonas, y un suplicio eterno, si te vengas. ¿Habrá alguno de corazón duro, que con estas reflexiones no perdone? ¿Habrá alguno tan frio, que con este fuego no se caliente?"
Fuente: "Pensamientos o Reflexiones Cristianas, para todos los días del año", Padre Francisco Nepueu, Tomo I, Enero, Día XX / Imagen: geraltPixabay
