"El primer carácter de la verdadera penitencia es la prontitud en corresponder al movimiento de la gracia cuando se trata de conversión; la dilación y la deliberación en esta materia da motivo para temer que jamás llegue el caso de convertirse. Confesar que es preciso hacerlo, y dilatarlo para otro tiempo es, una de dos, o no dársele a uno nada por morir sin convertirse, y esta es impiedad, o prometerse que tendrá tiempo para hacerlo, y esta es presunción. Huye de la una y de la otra. Pocos hay que no tengan necesidad de vencer alguna pasión, de reformar sus costumbres, de romper algún mal hábito, de corregir algún vicio, de hacer alguna restitución, y de calmar los justos remordimientos de la conciencia con una buena confesión; en una palabra, pocos que no tengan necesidad de convertirse. No dilates un momento tu penitencia. ¡Qué dolor seria el tuyo si estos saludables consejos que estás leyendo fueran los últimos avisos que te daba Dios! Él es el que te da este pensamiento, y le hace esta advertencia; no los desprecies; cargado estás de maldades y de deudas a su divina justicia; bien sabes dónde has de encontrar al Salvador; no dilates para mañana el ir a buscarle, y arrojarte a sus pies.
Preciso es, dice san Pablo, que lo que fue materia del pecado lo sea de penitencia; aquello mismo que diste al mundo cuando eras esclavo suyo, se lo has de dar ahora a Dios; las mismas cosas que sirvieron a la vanidad y al deleite han de servir en adelante a la virtud y a la religión; sin esto la conversión es dudosa, es caduca, es aparente. ¡Cuántas galas costosas! ¡Cuántos muebles superfluos! ¡Cuántos gastos inútiles! Haz pedazos esos vasos de alabastro, derrama esos bálsamos preciosos a los pies de Jesucristo; es decir, redime con limosna tus pecados. ¡Qué consuelo será el tuyo a la hora de la muerte si hubieses vendido esas joyas, ese aparato de la vanidad y, de ha profanidad para adorno de los altares, y para sustento de los pobres! ¿Consolará mucho a un moribundo dejar a sus hijos con que eternizar la profanidad en la familia? Sacrifica al Señor antes que la muerte todo lo que ha servido de fomento al orgullo".
Fuente: "Año cristiano o ejercicios devotos para todos los días del año" por el P. Juan Croisset, Día 22, Tomo: Julio, 1804. - [Negrillas son nuestras.] / Licencia Imagen: nile - CC0 Public Domain