La Fe Cristiana: Protestantes
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¿Quiénes son los Falsos Apóstoles y Profetas?


El sacerdote Luis Toro nos recuerda que Nuestro Señor Jesucristo y los Apóstoles advirtieron sobre los falsos pastores y profetas. Además, nos enseña con la Santa Biblia como se puede reconocer a los falsos pastores y profetas que engañan a la gente con una falsa doctrina.

San Mateo 18,18-20
"Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia»".

Carta a Tito 1,9-11
"Cuando habla, que esté apegado a lo que es seguro, de acuerdo con la doctrina, y sea capaz de predicar la sana doctrina y al mismo tiempo sepa rebatir a los que la atacan. Porque hay muchos espíritus rebeldes, charlatanes y engañadores, sobre todo entre los de origen judío. Hay que taparles la boca, pues enseñan en forma muy interesada cosas que no conviene y desconciertan a familias enteras".

Carta a los Efesios 4,1-5
"Yo, «el prisionero de Cristo», les exhorto, pues, a que se muestren dignos de la vocación que han recibido. Sean humildes, amables, comprensivos, y sopórtense unos a otros con amor. Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo",

Carta a los Efesios 4,11-15
"Y ¿dónde están sus dones? Unos son apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros. Así prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista a la construcción del cuerpo de Cristo; hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es menos que la plenitud de Cristo. Entonces no seremos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar. Estaremos en la verdad y el amor, e iremos creciendo cada vez más para alcanzar a aquel que es la cabeza, Cristo".


Hechos de los Apóstoles 20-28-30
"Cuídense ustedes y todo el rebaño a cuya cabeza los ha puesto el Espíritu Santo como obispos para apacentar la Iglesia del Señor, que él adquirió con su propia sangre. Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí".

1a. Carta a Timoteo, 6,3-10
"Si alguien enseña en otra forma, en vez de conformarse a estas reglas que son las de Cristo Jesús nuestro Señor, y respetar las enseñanzas auténticas de la fe, ese hombre seguramente es un orgulloso y no entiende nada: tiene la enfermedad de ocasionar discusiones y cuestiones inútiles. De ahí provienen envidias, discordias, insultos, desconfianzas, discusiones propias de los que tienen la mente pervertida y andan lejos de la verdad; para ellos la religión es un puro negocio. Es verdad que la religión es un buen negocio, pero en otro sentido, si gracias a ella nos conformamos con lo que tenemos. Pues al llegar al mundo no trajimos nada, y al dejarlo tampoco nos llevaremos nada. Conformémonos entonces con tener alimento y ropa. Los que quieren ser ricos caen en tentaciones y trampas; un montón de ambiciones locas y dañinas los hunden en la ruina hasta perderlos. Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos".

1a. Carta a Timoteo, 1,3-7
"Al partir para Macedonia, te rogué que te quedaras en Efeso para advertir a algunos que no enseñaran cualquier cosa ni tomaran en cuenta leyendas y genealogías interminables. Estas son cosas que acarrean discusiones y no sirven a la obra de Dios, la cual progresa más bien por la fe. Y Te doy este aviso, deseando que el amor  proceda de una mente limpia, una conciencia buena y una fe sincera. Por haberse apartado de esta línea, algunos se han enredado en palabrerías inútiles. Pretender ser maestros de la Ley cuando, en realidad, no entienden ni lo que dicen, ni las teorías de que parecen tan seguros".

San Mateo 7,15-27
"Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos? Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras. No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal! Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre»".

2a. Carta a los Corintios 11,3-5
"¡Ojalá me aguantaran ustedes unas pocas tonterías! Pero ya están dispuestos. Fíjense que estoy celoso de ustedes, y son celos de Dios, pues los he comprometido con Cristo, el único esposo, pensando Al presentárselos como una virgen pura. Y ése es mi temor: la serpiente que sedujo a Eva con astucia podría también pervertirles la mente para que dejen de ser sinceros con Cristo. Cualquiera puede llegar predicando a otro Jesús, no como se lo predicamos, y comunicarles un espíritu diferente del que recibieron, con un evangelio diferente del que han aceptado. ¡Y lo soportan! Con todo, no creo ser en nada inferior a esos super-apóstoles".

2a. Carta a los Corintios 11,13-15
"En realidad, son falsos apóstoles, engañadores disfrazados de apóstoles de Cristo. Y esto no es maravilla, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. No es mucho, pues, que sus servidores se disfracen de servidores de la salvación; pero su fin será conforme a sus obras".

Carta a los Gálatas 1,6-10
"Me extraña que tan pronto hayan abandonado a Dios, que según la Gracia de Cristo, los llamó para seguir otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertas personas han sembrado la confusión entre ustedes, y quieren cambiar radicalmente el Evangelio de Cristo. Pero aunque viniéramos nosotros mismos, o viniera del Cielo algún ángel para anunciarles el Evangelio de otra manera que lo hemos anunciado, ¡sea maldito! Se lo dijimos antes y de nuevo se lo repito: si alguno viene con un evangelio que no es el que ustedes recibieron, ¡fuera con él! ¡Anatema! ¿Con quien tratamos de conciliarnos?, ¿con los hombres o con Dios? ¿Acaso tenemos que agradar a los hombres? Si tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo".

Carta a los Gálatas 1,6-11
"Todo el que se sobrepasa y no se queda dentro de la doctrina de Cristo no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése sí que posee al Padre y al Hijo. Si alguien llega a ustedes y no trae esta doctrina, no lo reciban en sus casas, ni siquiera lo saluden. Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras".

San Mateo 24,24-25
"Porque se presentarán falsos mesías y falsos profetas, que harán cosas maravillosas y prodigios capaces de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos de Dios. Miren que yo se lo he advertido de antemano".

2a. Carta a los Tesalonicenses 2,1-12
"Hermanos, hablemos de la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor, y del día en que nos reunamos con él. Les ruego que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se asusten como si fuera inminente el día del Señor; aunque se les anuncie por revelación o por una palabra espiritual o se les diga que nosotros mismos escribimos al respecto, no se dejen engañar de ninguna manera. Primero tiene que producirse la apostasía. Entonces aparecerá el hombre del pecado, instrumento de las fuerzas de perdición, el rebelde que ha de levantarse contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece respeto, llegando hasta poner su trono en el templo de Dios y haciéndose pasar por Dios ¿No recuerdan que se lo decía cuando estaba con ustedes? Además, saben lo que ahora detiene al misterio de la maldad, de manera que sólo se manifieste a su debido tiempo. Ya está obrando, pero falta que desaparezca el que lo retiene. Entonces se manifestará el Rebelde que el Señor ha de barrer con el soplo de su boca y al que destruirá en el esplendor de su venida. Al presentarse este sin ley, con el poder de Satanás, hará milagros, señales y prodigios al servicio de la mentira. Y usará todos los engaños de la maldad en perjuicio de aquellos hombres que han de perderse, porque no acogieron el amor de la verdad que los llevaba a la salvación. Por eso Dios les dirigirá las fuerzas del engaño que los lleven a creer en la mentira; así llegarán hasta la condenación todos aquellos que no quisieron creer en la verdad y prefirieron quedarse en la maldad".

La Iglesia de Dios es el Camino de la Verdad



San Epifanio, Padre de la Iglesia, ya advertía entre los años 367 al 415, en sus escritos sobre las sectas y el peligro de caer en sus herejías. Al respecto cabe recordar algunas de sus palabras, que conservan su poder e importancia, ante la gran pluralidad de iglesias o sectas que existen en la actualidad. Señala lo siguiente: "Hay un camino real que es la Iglesia de Dios, esta es la senda de la verdad. Cada una de las herejías abandona este camino real, y declinando a la diestra, o a la siniestra se deja arrastrar al error, y no conoce límites en el descaro de error que forma cada herejía.

Ahora pues, siervos de Dios, hijos de la Santa Iglesia, que no conocéis la regla segura de la fe, y camináis por la senda de la verdad, no os dejéis arrastrar por oír voces opuestas, por las voces que da cada una de las falsas sectas; porque sus caminos son resbaladizos, y las sendas de su espíritu engañoso, escarpadas y llenas de precipicios.

Afectan un lenguaje sublime, y no conocen el más sencillo de todos. Prometen la libertad, y son esclavos del pecado. Se glorían de haber llegado a lo mejor, y no han alcanzado todavía lo menos de la verdad".

"En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente perdición. Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias. Llevados por la ambición, y valiéndose de palabras engañosas, ellos se aprovecharán de ustedes. Pero hace mucho que el juicio los amenaza y la perdición los acecha" (2 Pedro 2,1-3)

"Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viereis ir conforme a la ley de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad y menosprecio de todas las cosas del mundo, y creed firmemente lo que tiene la Santa Madre Iglesia Romana, y a buen seguro que vais por camino muy bueno" (Santa Teresa; Camino de perfección)

"Una especie de neblina ofuscó entonces sus mentes, y ya no podían distinguir, en medio de tanta confusión de ideas, cuál era el camino seguro que debían seguir. Solamente el verdadero y fiel discípulo de Cristo que prefirió la antigua fe a la nueva perfidia no fue contaminado por aquélla peste contagiosa". (San Vicente de Lerins; Conmonitorio)

Fuente: San Epifanio: Adv. Haer. 1. 2, Haeres. 39 y 59, sent. 1, Tric. T. 5, p. 63 [Negrillas son nuestras.] / Imagen: "The beggar carved" by TesaPhotography - Licencia foto: CC0 Public Domain

Indiferentismo Religioso



"Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la Iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. Fácilmente en materia tan clara como evidente, podéis extirpar de vuestra grey error tan execrable. Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo, entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guardan íntegra y sin mancha; oigan a San Jerónimo que nos cuenta cómo, estando la Iglesia dividida en tres partes por el cisma, cuando alguno intentaba atraerle a su causa, decía siempre con entereza: Si alguno está unido con la Cátedra de Pedro, yo estoy con él. No se hagan ilusiones porque están bautizados; a esto les responde San Agustín que no pierde su forma el sarmiento cuando está separado de la vid; pero, ¿de qué le sirve tal forma, si ya no vive de la raíz?".

Fuente: Carta Encíclica "Mirari Vos" del Papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832 - [Negrillas son nuestras.] / Licencia Imagen: papannon - CC0 Public Domain

Regla para distinguir la Verdad Católica del Error



San Vicente de Lerins, Padre de la Iglesia, en su Conmonitorio, nos ofrece unas reglas que los cristianos debemos seguir para poder permanecer en la Fe verdadera, reconociendo las falsas interpretaciones de la Santa Biblia y la diversas herejías con las que atacan la fe católica.

Nos dice al respecto lo siguiente: "Habiendo interrogado con frecuencia y con el mayor cuidado y atención a numerosísimas personas, sobresalientes en santidad y en Doctrina, sobre cómo poder distinguir por medio de una regla segura, general y normativa, la verdad de la fe católica de la falsedad perversa de la herejía, casi todas me han dado la misma respuesta: «Todo cristiano que quiera desenmascarar las intrigas de los herejes que brotan a nuestro alrededor, evitar sus trampas y mantenerse íntegro e incólume en una fe incontaminada, debe, con la ayuda de Dios, pertrechar su fe de dos maneras: con la autoridad de la Ley Divina ante todo, y con la Tradición de la Iglesia Católica»

Sin embargo, alguno podría objetar: Puesto que el Canon de las Escrituras es de por sí más que suficientemente perfecto para todo, ¿qué necesidad hay de que se le añada la autoridad de la interpretación de la Iglesia?

Precisamente porque la Escritura, a causa de su misma sublimidad, no es entendida por todos de modo idéntico y universal. De hecho, las mismas palabras son interpretadas de manera diferente por unos y por otros. Se podría decir que tantas son las interpretaciones como los lectores. (...)

Es pues, sumamente necesario, ante las múltiples y enrevesadas tortuosidades del error, que la interpretación de los Profetas y de los Apóstoles se haga siguiendo la pauta del sentir católico. En la Iglesia Católica hay que poner el mayor cuidado para mantener lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos. Esto es lo verdadera y propiamente católico, según la idea de universalidad que se encierra en la misma etimología de la palabra. Pero esto se conseguirá si nosotros seguimos la universalidad, la antigüedad, el consenso general. Seguiremos la universalidad, si confesamos como verdadera y única fe la que la Iglesia entera profesa en todo el mundo; la antigüedad, si no nos separamos de ninguna forma de los sentimientos que notoriamente proclamaron nuestros santos predecesores y padres; el consenso general, por último, si, en esta misma antigüedad, abrazamos las definiciones y las doctrinas de todos, o de casi todos, los Obispos y Maestros.

Ejemplo de cómo aplicar la Regla:

3. ¿Cuál deberá ser la conducta de un cristiano católico, si alguna pequeña parte de la Iglesia se separa de la comunión en la fe universal?

- No cabe duda de que deberán anteponer la salud del cuerpo entero a un miembro podrido y contagioso.

Pero, ¿y si se trata de una novedad herética que no está limitada a un pequeño grupo, sino que amenaza con contagiar a la Iglesia entera?

-En tal caso, el cristiano deberá hacer todo lo posible para adherirse a la antigüedad, la cual no puede evidentemente ser alterada por ninguna nueva mentira.

¿Y si en la antigüedad se descubre que un error ha sido compartido por muchas personas, o incluso por toda una ciudad, o por una región entera?

En este caso pondrá el máximo cuidado en preferir los decretos -si los hay- de un antiguo Concilio Universal, a la temeridad y a la ignorancia de todos aquellos.

¿Y si surge una nueva opinión, acerca de la cual nada haya sido todavía definido?

 - Entonces indagará y confrontará las opiniones de nuestros mayores, pero solamente de aquellos que, siempre permanecieron en la comunión y en la fe de la única Iglesia Católica y vinieron a ser maestros probados de la misma. Todo lo que halle que, no por uno o dos solamente, sino por todos juntos de pleno acuerdo, haya sido mantenido, escrito y enseñado abiertamente, frecuente y constantemente, sepa que él también lo puede creer sin vacilación alguna.

(...)

Si, con la ayuda del Señor, observamos con fidelidad y solicitud estas reglas, conseguiremos descubrir sin gran dificultad, y desde su misma fuente, los errores nocivos de los herejes."

Fuente: San Vicente de Lerins - "Conmonitorio" (Apuntes para conocer la Fe verdadera) - [Negrillas son nuestras.]

¿Por qué los Cristianos Católicos bautizamos a los niños a temprana edad?


Monseñor Isidro Puente Ochoa dice que los Cristianos Católicos bautizamos a los niños a temprana edad a diferencia de los protestantes, porque dado que nacemos con una naturaleza humana caída y manchada por el pecado original, necesitamos de este Sacramento. Además la Iglesia debe cumplir con el mandato de Nuestro Señor Jesucristo de bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo a toda persona (Mt 28,19). Recuerda que el Bautismo de los niños, es una obligación y una práctica que la Iglesia ha venido realizando desde la antigüedad. Añade, al referirse sobre los protestantes, que es una herejía escoger nada más lo que les conviene y dejar el mensaje entero de Jesucristo a un lado.

"Dios llama y ofrece la salvación desde el primer instante de la vida humana. La Iglesia, al bautizar a los recién nacidos, celebra la universalidad sin limites de esta salvación. Así el niño entra, por el sacramento, en relación viviente con Cristo y empieza ya a formar parte de la familia de los hijos de Dios, en la fe de toda la comunidad eclesial". (José Delicado Baeza, En medio de las plazas)

Fuente Video: ecumenicas1

El Purgatorio es Dogma de Fe


El sacerdote Jorge Loring en el programa "Cuestiones de Fe" de Ewtn habla sobre el Dogma de Fe del Purgatorio. Recuerda que en la Biblia se indica que al Reino del Cielo no puede entrar nada manchado y que quien muere sin pecado mortal pero tiene pecados veniales debe pasar por el Purgatorio. Menciona que la Iglesia siempre ha orado por los difuntos, y que esta oración esta destinada a las Almas que están en el Purgatorio, pues los que están en la Gloria ya no la necesitan y para los que están en el Infierno es inútil.

Sucede que algunos mueren sin haber podido satisfacer totalmente la penitencia debida por sus pecados, de los que ya se han arrepentido. No es congruente con la divina justicia que no satisfagan [...]. Asi, pues, padecen esta pena después de la muerte, pero no en el infierno, en el cual padecen los hombres por sus pecados mortales, ya que sus pecados mortales han sido perdonados por la penitencia [...]. Es necesario, pues, admitir que existen penas temporales y purgatorias después de esta vida y antes del juicio final. (Santo Tomás, Las razones de la fe (De rationibus fidei))