Cuán insensatos somos en no apartarnos del pecado, creyendo en la existencia del infierno - La Fe Cristiana

Cuán insensatos somos en no apartarnos del pecado, creyendo en la existencia del infierno



"La fe nos enseña que hay un fuego eterno, un fuego que obra así sobre el alma como sobre el cuerpo, un fuego que abrasa sin consumir: esto es lo que tenemos que temer. Pero lo que más me asombra es que una verdad tan formidable nos persuada tan poco, y que algunos de vosotros tal vez no se hayan persuadido jamás de ella; lo que me asombra es que siendo tan delicados, tan amantes de nosotros mismos y tan sensibles al dolor, haga en nosotros tan poco efecto el recuerdo de este fuego, que tiene encendido la ira de Dios para castigar nuestros pecados; lo que me asombra es, que diciéndonos la fe que hay un infierno donde arden los malos, y están privados de Dios, nos dice también que un solo pecado nos expone a lo uno y a lo otro; que la venganza de Dios castiga igualmente a los unos que a los otros; y esto no obstante, el mayor pecado mortal lo calificamos de cosas de la juventud, de fragilidad disculpable y a veces de pasatiempo, de galantería, de agudeza y de jovialidad. ¿Es esto necedad? ¿Es inadvertencia? ¿Es locura? ¿Es fascinación? O creemos este punto fundamental del cristianismo, o no lo creemos. Si le creemos ¿dónde está nuestra prudencia? Si no le creemos ¿Dónde está nuestra religión? Digo mas; si no le creemos ¿qué es lo que creemos, supuesto que no hay una cosa mas creíble, más formalmente revelada por la divina palabra, más sólidamente fundada en la razón humana, una cosa cuya creencia sea más necesaria para contener a los hombres en el deber, y cuya duda les sea más perniciosa, pues los incita a todos los desórdenes? Pero por no creerlo o creerlo imperfectamente ¿nos ponemos más a cubierto del peligro? ¿Podremos justificarnos delante de Dios diciéndole: Yo no lo creía? ¿Evitaremos así las terribles consecuencias de este punto importante que rehusamos creer? Y si al fin lo que no queremos creer resulta ser cierto, aunque no lo hayamos creído, ¿Qué será de nosotros? ¿Es discurrir como hombres de juicio el aventurarse en este asunto?"

Fuente: "Tesoro de Oratoria Sagrada: Diccionario Apostólico" [Tomo 2], 1858 - [Negrillas son nuestras.]

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